Arqueología al rescate
Por Coordinadores de AE
Creación: 2 agosto, 2003
Modificación: 10 diciembre, 2017
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Cuando el arqueólogo de recate Jean-Yves Empereur se dirige a trabajar al centro de la ciudad, desciende al lecho de roca a 40 pies de profundidad. Su viaje vertical lo lleva a los restos de la ciudad antigua de Alejandría, fundada en 331 a.C. por Alejandro el Grande.

Durante los últimos doce años, Empereur ha liderado un pequeño equipo, multidisciplinar formado especialmente por arqueólogos entrenados en una carrera contra reloj durante las excavaciones de 15 zonas urbanas. Su misión es la excavación de rescate, que significa moverse rápidamente: «Cuando un constructor quiere demoler un edificio viejo y reemplazarlo con una torre», dice, «nosotros tenemos unas semanas para excavar hasta la roca».

Entre las más excavaciones más fascinantes, está envuelto, ahora, en una nueva zona de excavación en la parte oriental de la moderna ciudad. Aquí, en el vivero de un cementerio latino -una zona en la que crecían plantas pero que sólo contiene rastros esparcidos de enterramientos modernos- se encuentra una tumba de alabastro que data de principios del siglo III a.C.

Mapas realizados a partir de imágenes geofísicas de la zona muestran grandes anomalías subterráneas que llegan a gran profundidad debajo de la superficie», afirmó Empereur en noviembre. «Podrían interpretarse como las cámaras de una tumba. En las próximas semanas esperamos poder excavar hasta su nivel para verificar esta hipótesis.»

Como director de investigación con el Centro Nacional Francés de Investigación Científica, el Centro de Estudios Alejandrinos (CEA), Empereur es un apasionado de la mezcla de herencias de Alejandría, estudiando su rica historia a través de excavaciones en tierra y bajo el agua. Dentro de la ciudad, el equipo de Empereur ha desenterrado moradas romanas y ptolemaicas, así como antiguos cementerios y gran cantidad de cisternas. Desde 1994, el CEA ha excavado en el mar de Alejandría, explorando las ruinas hundidas al pie de la fortaleza Qaitbay y restos de naves griegas y romanas.

«Al descubrir estas antiguos cargamentos, tenemos una nueva imagen del comercio entre Alejandría y el Mediterráneo del siglo IV a.C. al siglo VII d.C.», dice Empereur. «Hemos encontrado centenares de ánforas que transportaban vino y aceite y muchos otros tipos de cargas de frutas.»

La arqueología de rescate es su única disciplina, explica Empereur. La arqueología normalmente se realiza por equipos de estudiosos que viajan a excavar las zonas y se quedan durante varios meses antes de dirigirse a sus museos o universidades que los financian, sólo para volver nuevamente a esos emplazamientos que han permanecido seguros en su ausencia, y en un estado bueno de conservación. No pasa eso con la arqueología de rescate. No hay ningún tiempo perdido. «No se puede abandonar el sitio que se está excavando hasta que el trabajo no ha acabado», dice Empereur. «Si usted se detiene, el dueño de la tierra la recuperará. Hay tensión por efectuar los trabajos rápidamente. Nosotros corremos contra el tiempo, contra los diseñadores de aeropuertos y autopistas. Es difícil detener el desarrollo de una ciudad dónde el precio del metro cuadrado es tan alto. Estamos salvando lo que podemos.»

Fundada hace unos 2.300 años y llamada así por su fundador, Alejandría era la casa de una de las siete maravillas del mundo antiguo: la Torre de Faros, un gran faro construido en la isla de Faros, durante el reinado de Ptolomeo Filadelfo, en el 285 a.C.

Empereur ya ha encontrado algunos restos de la Torre de Faros excavando el monumental sitio hundido al pie de la fortaleza Qaitbay. Aquí, el equipo de Empereur también encontró muchas piezas de una estatua colosal de Ptolomeo. Al remover modernos bloques de hormigón del sitio bajo el agua en enero del 2001 aparecieron partes de piernas que pertenecieron a lo que era un conjunto de grandes estatuas, informa Empereur, pero se necesitarán más campañas antes de que pueda reconstruir totalmente los pedazos fragmentarios.

Elevada al rango de capital por los ptolomeos, Alejandría fue un punto encuentro de reuniones e intercambio entre el oeste y el este. Pero con el paso del tiempo, la ciudad encontró su parte de infortunio, y fue casi abandonada, según Empereur. En 1789, la ciudad era una sombra de sí misma con escasamente 15.000 habitantes. Pero desde 1820, bajo el gobierno de Mohamed Ali, ascendió de nuevo como modelo de vida cosmopolita.

Empereur, formado en la Sorbonna, un alejandrino de corazón, ha vivido el renacimiento de la ciudad. Con más de cinco millones de habitantes, Alejandría es hoy la mayor ciudad del Mediterráneo.

«Cada vez que se hace a un nuevo agujero en la ciudad, para reemplazar un edificio viejo con una nueva torre, puede estar seguro de que en los cimientos encontrará rastros de la antigua ciudad en Alejandría», afirma Empereur. «La tarea para nuestro pequeño equipo es encontrar de nuevo la antigua ciudad».

Jean-Ives Empereur

Nacido en 1952, Jean-Yves Empereur estudió Clásicas en la Universidad de París-Sorbona (París IV) en la que posteriormente se doctoró en arqueología en 1977. En 1976 fue profesor de lingüística en la Universidad de El Cairo, donde tuvo su primer contacto con Alejandría.

Como miembro y secretario general de la Escuela de Arqueología de Atenas, dirigió las excavaciones submarinas en Grecia y Chipre así como las terrestres en Turquía. Se mantuvo en contacto con Alejandría y formó un pequeño equipo de investigadores para explorar la antigua ciudad. En 1990, fue nombrado Director de Investigación del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) del Centro de Estudios Alejandrinos (CEA) – una misión permanente del CNRS creada en Alejandría para promocionar los estudios y excavaciones.

Fuente: Discovery News
http://dsc.discovery.com/

Reseña: Montse Borrás

 

(Mejora de SEO/Readability/Presentación… 10 de diciembre de 2017. No hay cambios en contenidos o ilustración)

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