por Sinuhe » 26 Jul 2008, 08:25
"La literatura, ficción e imaginación por naturaleza y por suerte para todos, no adquiere ningún valor dependiendo de su exactitud histórica. La ficción depende de otros parámetros. AsÃ, una historia literaria tendrá valor por sus técnicas literarias o por su sentido y coherencia en sà misma... Por eso, no debemos juzgar una novela histórica por su parecido con un libro de Historia, son elementos diferentes".
Pero aún asÃ, una novela tiene que tener un mÃnimo de rigor historico para que se la considere "histórica", de otra forma estamos hablando de fantasÃa heroica, o del género que en tiempos de Robert E Howard, el creador de Conan el Bárbaro, se denominaba "Espada y BrujerÃa".
Por ejemplo, no me convence esa mania de Jacq de hacer que las protagonistas y otros personjes femeninos de varias de sus novelas ambientadas en la epoca de Ramses II sean rubias. Si querÃa egipcias rubias, que elija la época de los Ptolomeos. Otro detalle que arruina la ambientación es que la esposa de Nefer el Silencioso en "La piedra de luz" se llame Clara en vez de usar un nombre egipcio que signifique clara, luminosa o radiante.
Por otro lado, donde las fuentes historicas son ambiguas, o no existen, y son factibles varias interpretaciones, el novelista es libre de tomar la que más le guste o proponer una hipótesis propia. En el caso de la muerte de Tutankamon, acepto que los novelistas prefieran mostrarlo como un asesinato y no como un accidente porque los intereses en juego en aquella época hacen verosimil un regicidio, y porque una novela sobr un rey joven asesinado es más apasionante que la historia de un accidente en carro. El asesino puede ser Ay, Horemheb o los dos, pero sus motivos y el modo en que cometen el crimen deben ser creibles, por eso [como ficción] me convence más Horemheb saboteando el eje del carro para que paresca un accidente [Pauline Gedge] que Ay colándose en el dormitorio de Tut y pegándole en la cabeza con bastón, palo u objeto similar.
Tampoco hay evidencias de que la reina Tiy y Nefertiti fuesen rivales, como muestra Pauline Gedge en "El Faraón", pero cuando dos personajes tiene la misma fuerza de voluntad es más interesante que sean antagonistas que maestra y discÃpula. Pauline Gedge nos muestra una Tiy que se resiste a soltar las riendas del poder, hasta el punto de casarse incestuosamente con su hijo, y una Nefertiti que no está dispuesta a que la despojen del status de reina y esposa principal; la belleza de Tiy ya se marchitó, pero supera a su rival en expriencia, Neferttit es inexperta, actua por impulso y arrebatos, pero el tiempo está de su lado y gracias a su juventud y belleza consigue ganarse el favor de Akenaton.
Otro antagonismo intersante se dá entre Ay el diplomático y Horemheb el militar, cuando discuten frente a tutankamon cuál es la mejor manera de recuperar el control de Siria. El rimero propone un plan a largo plazo, tejiendo alianzas, el segundo una guerra relámpago, y los dos tiene muy buenos argumentos para justificar su postura. Si tiene que haber un malo en la historia, prefiero uno convencido de que actua por una causa justa, y no un villano de opereta que es malo por el simple placer de hacer sufrir a sus semejantes, como es el caso del Apofis de Jacq.