por Sinuhe » 03 Nov 2009, 04:38
La Biblia sirve para encontrar ciudades y entender la mentalidad de quienes la escribieron, al igual que los poemas de Homero le sirvieron a Schieleman y Arthur Evans para encontrar Troya, Cnossos y otras ciudades, y nos sirven a nosotros hacernos una idea de como eran las sociedades e los pueblos que edificaron esas ciudades.
Pero ningun griego de hoy en dia cree que la guerra de Troya empezó porque una diosa rencorosa arrojó una manzana de oro en medio de un banquete de bodas al que no fué invitada y luego oreas tres diosas intentaron sobornar a un joven para que decidiera cual de ellas merecia quedarse con la manzana.
Que en la época en que se situa el relato bíblico existiese en Egipto un joven hebreo llamado José no es imposible, lo puedo aceptar. Lo que me parece poco creíble es que un beduino sin estudios pudiera hacer una carrera administrativa tan exitosa, el Yuya suegro de Amenofis III con el que se lo quiere identificar era hijo o nieto de extrajeros nacido en Egipto y había tenido una buena educación que lo preparó para la carrera de funcionario, mientras que José, siendo un pastor nómade, lo más probable es que fuera analfabeto, y aunque supiera escribir en su propia lengua seguramente no sabia escribir en egipcio. Para un joven pastor con sus aptitudes, la mejor oportunidad de hacer carrera en Egipto era enrolarse como mercenario, si hubiera sido hijo de mercaderes podía dedicarse al comercio.
El consejo que le da a los egipcios de construir graneros para guardar los excedentes de la cosecha tecnicamente era un buen consejo, pero no les estaba enseñando nada que ya no supieran. Es como si yo me fuera a vivir a China y pretendise darles cátedra a los chinos de cómo se cultivan el arroz y el té y cómo fabricar el papel, la pólvora y la porcelana.