por NANCYKAT » 12 May 2010, 19:41
Justamente por eso es que expresé al principio que valía la pena conocer la opinión de estos autores, porque yo también tenía la idea de que el Sahara antes del 3.500 siempre había sido una zona sumamente fértil, una especie de "vergel", como dice Santiago. Pero evidentemente, si los restos arqueológicos confirman que las escasas poblaciones buscaban la proximidad de oasis y lagos y se desplazaban continuamente, quizá, como dice Fagan, hemos exagerado un poco en esa visión paradisíaca del Sahara.-
Por otra parte, tengo entendido que sí hubo ríos y lagos que se secaron con la nueva desertización, pero respecto a que el río Nilo en algún momento haya sido "un arroyo", no lo he leído en ninguna parte. El Nilo asumió su características actuales a fines de la Era Terciaria y antiguamente era un río muchísimo más caudaloso de lo que vemos hoy día. Recién a partir del año 4.000 se vuelve más manejable y predecible para los asentamientos humanos del valle.
Voy a citar textual el párrafo del arqueólogo y antropólogo Brian Fagan, para que no queden dudas respecto a las cronologías, es un poco largo y técnico, pero vale la explicación para aquellos que gustan de los detalles.
Las imágenes de satélite ofrecen la crónica de un desierto viviente, que nunca está quieto, que cambia todo el tiempo en respuesta a pequeños movimientos de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT), con sus lluvias monzónicas. Un desplazamiento de la ZCIT hacia el norte, acerca la circulación monzónica del Océano Indico al desierto Arabe y al Sahara. Cuando la ZCIT y sus lluvias monzónicas se mueven más hacia el sur, el Sahara se torna más seco.
Estos cambios fueron más dramáticos en el pasado. Entre 20.000 y 15.000 años atrás, el Sahara de la Ultima Glaciación fue extremadamente árido y sus márgenes se hallaban mucho más al sur que en la actualidad. La influencia desecante de los cinturones tropicales de alta presión, reforzados por el aire polar, sobre la ZCIT y sus lluvias monzónicas, se prolongó aún hasta el 9.000 a.C. Los intercambios de calor entre el ecuador y el Polo Norte se hicieron drásticamente más lentos, lo cuál aceleró la corriente de chorro de gran altura e intensificó los anticiclones tropicales. En consecuencia, en el Sahara, el período del gran calentamiento fue una época de aridez extrema. Durante casi 3.000 años, ningún ser humano vivió en el desierto.
Después del año 9.000 a.C. y al final del Dryas reciente, las lluvias aumentaron. La ZCIT se desplazó hacia el norte, llevando las precipitaciones al Sahara central y meridional. Unicamente el norte permaneció seco, probablemente porque la corriente de chorro se desplazó hacia el norte y acentuó la aridez en esa región. Entre 8.000 y 5.500 a.C., los lagos de Africa oriental y el Sahel se expandieron vastamente. Las lluvias en esas mismas regiones se incrementaron entre 150 y 400 mm. por año. Un ciclo asiático más intenso creó un mundo sahariano completamente diferente al que existe en la actualidad. El lago Chad y otras cuencas lacustres mantenían ricas comunidades vegetales, repletas de peces. Las bandas de cazadores de la Edad de Piedra, se aventuraban grandes distancias tierra adentro cuando había aguas embalsadas. Las bandas cazaban y recolectaban una notable diversidad de alimentos.
A pesar de toda esta aparente abundancia –es fácil exagerarla-, sólo unos pocos miles de personas vivían en el enorme desierto que se halla entre el Atlántico y el Mar Rojo, y casi todas ellas permanecían cerca de los lagos y otras fuentes de agua permanentes. Como todas las sociedades que viven en tierras semiáridas, los cazadores estaban en constante movimiento, dejando poco tras de sí para la investigación arqueológica, con excepción de las más de 30.000 pinturas rupestres y grabados en las a´reas montañosas de las profundidades del desierto y al este del Nilo. Los vívidos grabados rupestres del Desierto Oriental, de alrededor del 4.000 a.C. o anteriores, representan una época en la que el Sahara era más húmedo, puesto que los animales pintados en la roca incluyen a elefantes y jirafas.