Dice Bill Manley, profesor de ArqueologÃa de la Universidad de Glasgow:
Las pruebas más convincentes de sacrificios humanos la ofrecen dos tumbas reales que datan de finales de la dinastÃa I. En el entierro de los reyes Semerjet y Qa, las tumbas adyacentes, aunque escasas, se cubrieron originalmente con la misma superestructura que la propia cámara mortuoria del rey, lo cuál indica claramente que sus ocupantes debieron de ser enterrados en el mismo momento que el rey, y que sus muertes hubieron de coincidir con la suya.-
No obstante, ello no tiene por qué significar que sus ocupantes fueran asesinados deliberadamente. También es posible que se quitaran la vida voluntariamente. Un caso paralelo, asombrosamente reciente ilustra este punto: en 1989, cuando falleció el Emperador de Japón Hiró Hitó, al menos uno de sus leales antiguos sirvientes se suicidó para acompañar a su señor en la otra vida. Durante la dinastÃa I, en los incipientes comienzos de la historia egipcia, la gente corriente tenÃa pocas oportunidades de obtener una vida bendecida en el más allá. De modo que para las personas cuya posición social en vida habÃa dependido de su servicio al rey, la mejor opción para asegurarse la inmortalidad podrÃa muy bien el haber sido acompañar al rey en la otra vida. En otras palabras, el poder irresistible de la fe y las costumbres religiosas podrÃa explicar los entierros subyacentes.-
Tanto si los sirvientes enterrados con los reyes de la dinastÃa I fueron verdaderamente sacrificados o bien se suicidaron, la práctica de los entierros adiccionales a tal escala no duró mucho tiempo.-
En Egipto, al igual que en otras tantas grandes civilizaciones, dicha práctica caracterizó a un estado recién creado cuyos gobernantes se hallaban en plena búsqueda de modos para expandir y consolidar su autoridad. Sin embargo estaba condenada a la extinción, porque los egipcios eran un pueblo sencillamente demasiado práctico para perpetuar una costumbre que aniquilaba de manera sistemática a miembros experimentados y apreciados de la Casa Real.-
Me pareció muy interesante esta lectura si ya no la conocÃan. Agrego que en la tumba de Horus-Aha (Menes?) se encontraron 33 de estos enterramientos adiccionales, todas ellos con cadáveres de jóvenes entre 20 y 25 años, lo cuál hace difÃcil pensar que murieran al mismo tiempo por causas naturales. Y siete leones también sacrificados.-