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Navegación marítima en el Antiguo Egipto

NotaPublicado: 14 Abr 2010, 20:34
por NANCYKAT
La razón de este mensaje es que se ha dicho en muchas ocasiones que los antiguos egipcios no se hicieron a la mar, sin embargo la respuesta es fácil: sí surcaron los mares que los circundaban y estuvieron muy familiarizados con la navegación desde que toda su vida económica, cultural y social giraba en torno a la vía fluvial que era el río Nilo.-

Y como el tema de la navegación está bastante vinculado a mi vida personal, se me ocurrió abrir este tema, a la espera de que alguien más aporte conocimientos.-

Comencemos entonces con lo que he podido reunir (y por supuesto sintetizar bastante) basándome en F. Daumas, A. Kuhrt, B. Manley, F. Cimmino, E. Drioton y algún pequeño aporte de mi propia cosecha, vosotros diréis si estáis de acuerdo o no:

Digamos que no hubo en Egipto ninguna de las tres razones que obligan a una comunidad a traspasar sus fronteras, a saber: presión demográfica, falta de materia prima básica o amenaza de poderosos enemigos, pero igualmente los egipcios se embarcaron en la navegación de larga distancia, no sólo por motivos comerciales, sino por razones culturales y de prestigio. Sin embargo nunca establecieron colonias en el extranjero. Los egipcios temían al mar y a morir lejos de su tierra, se aterrorizaban ante la idea de no tener una tumba y el mar era todo lo contrario de un sepulcro: un reino siempre cambiante sin ubicación precisa ni coordenadas. Sus rutas marítimas se limitaban simplemente a ir de un punto al otro y se practicaba la navegación de cabotaje. De todos modos, aunque alguien pueda afirmar lo contrario, ello nunca mantuvo a los egipcios fuera de los mares.-

En tal contexto no fueron raras las embarcaciones de 60 metros de eslora con una capacidad de equipaje de 120 marineros, destinadas a la navegación en alta mar. En el Imperio Antiguo se construyeron de tablas y maderas ensambladas mediante clavijas, espigas y muescas, reforzados con un sistema de cuerdas para resistir el embate de las olas. El mástil, colocado a un tercio de largo hacia la proa, era doble y sostenía en lo alto una verga que portaba una vela rectangular alta y estrecha. Dos o cuatro remos mayores servían para dar el rumbo. Durante el reinado de Hatshepsut las embarcaciones hechas para el Mar Rojo y el Indico eran muy diferentes, pero el sistema de tensión mediante cuerdas se mantuvo, por cuánto el sistema debió haber demostrado su idoneidad.-

En cuánto a la historia de las travesías marítimas en Egipto ya desde el Imperio Antiguo, hace unos cuatro mil quinientos años, se empleó la ruta mediterránea que une el Delta del Nilo con la costa siria. Desde Biblos se traía a Egipto la madera de cedro con la que se fabricaron los sarcófagos, tal como queda evidenciado en un documento tan antiguo como La Piedra de Palermo, en la cuál se habla de un cargamento de 40 barcos con la preciada conífera, durante el reinado del faraón Snofru. También se utilizó la ruta del Mar Rojo, hacia el sur, hasta la mítica tierra de Opone-Punt en busca de productos exóticos y suntuarios y tales expediciones se mencionan desde el reinado de Sahure y Fiope II (D. VI).-

Avanzando en el tiempo, durante los Imperios Medio y Nuevo existe un creciente contacto con Biblos y se ha identificado por los arqueólogos el puerto de Mersa Gawasis en el Mar Rojo, que seguramente sirvió como punto de partida para las expediciones hacia Opone.-

Las rutas marinas constituyeron un prioridad para los reyes tebanos de principios del Imperio Nuevo. Tutmosis I reabrió la ruta entre Egipto y Biblos y su hija Hatshepsut hizo lo mismo hacia Opone. Hay pruebas abundantes de que durante el Imperio Nuevo hubo navegación de larga distancia (aunque sin perder de vista la costa). Las tripulaciones se integraban con marinos egipcios y extranjeros.-

Posteriormente, durante la época saíta, el historiador griego Heródoto, que visitó la tierra egipcia unos años después, nos cuenta un enigmático relato sobre el faraón Necao II (610-595) de la dinastía XXVI. El cuál supuestamente envió una flota de marinos fenicios para que circunnavegara Africa, a través de un canal dragado por orden del faraón en lo que hoy sería el Canal de Suez, dicha expedición navegó con dirección sur, volteó el cabo de Buena Esperanza, avanzó hacia el norte y retornó a Egipto a través de las Columnas de Hércules al cabo de tres años. El relato de Heródoto sólo puede tomarse como prueba circunstancial, pero a favor de él se ha dicho que la historia es posible ya que los fenicios estaban muy familiarizados con el mar, la navegación se hizo sin perder de vista la costa y además coincide con la política exterior de Necao que buscaba acrecentar el comercio marítimo así como consolidar la influencia egipcia en tierras del sur y al este de Egipto. Heródoto también nos dice que “mientras navegaban hacia el oeste, en el extremo sur de Africa, tenían el sol a su derecha”. Este fenómeno no es posible que fuera conocido por un griego de la época, aunque es coincidente con la afirmación suya de que los egipcios hacían todo al revés de otros pueblos. Sin embargo la veracidad del relato se cuestiona cuando tenemos en cuenta que la rivalidad entre persas y griegos hizo que todo el libro II de Heródoto fuera una exaltación de las virtudes egipcias por contraposición a los persas y que el faraón Necao hubiera llevado a término una hazaña que los persas intentaron pero no pudieron acabar.-

Ya durante la dominación persa en Egipto, a Darío I (521-486) se debe la conclusión o reapertura de un canal que unía el Mediterráneo con el Mar Rojo. En el mismo lugar, cuatro estelas erigidas a orillas del canal hacen referencia al envío de naves desde Egipto a Persia y desde allí a la desembocadura del Indo (expedición a cargo del marino griego Escílax de Carianda), ya que los lazos comerciales entre India y Mesopotamia eran muy antiguos. Lo cuál, a mi entender, demuestra que al menos durante la dinastía persa, sí pudo haber contacto directo, por vía marítima entre Egipto y el Valle del Indo.-

Con el tiempo, el mundo antiguo comenzó a cambiar y los fenicios afianzaron su predominio comercial en los mares. Pero ello no debe hacernos olvidar que es muy probable que fueran los egipcios quienes les transmitieron los rudimentos del arte de la marinería desde tiempos antiguos, cuando los barcos del faraón llegaban a Biblos para cargar los troncos de cedro. Y dónde los marineros eran muy bien acogidos, ya que los príncipes se sentían honrados de servir al Rey de Egipto.-

Saludos!
Nancy.-