Viaje SCE. Octubre-Noviembre 2010
Para que no resulte tan pesado iré colgando el diario poco a poco…
Jueves 28 de octubre
A las 12:45 quedamos en la T1 del aeropuerto de BCN
Somos un total de 47 los animados expedicionarios. Hay que ver la cara de ilusionados que hacemos todos. Parecemos colegiales…y eso que quien más quien menos, de “media”, lleva 3-4 viajes a Egipto. Claro que, existen excepciones excepcionales, como aquel socio tan conocido, que ha hecho más de 80 viajes al país del Nilo o aquel otro que lleva cerca de 30 y luego venimos el resto de “mortales” con un número más modesto (en mi caso es el 12). Viajados o no, la ilusión es como si de la primera vez se tratara.
Salida del vuelo MS 768 destino a El Cairo a las 17:15, una hora y media de retraso. Vuelo tranquilo. Llegada a las 21h.
Primera sorpresa: han remodelado el aeropuerto, ahora parece otra cosa, mucho más moderno y de aspecto no tan caótico como era antes. Mi última visita se remontaba al año 2008. Pasamos el control y en un plis-plas nos salen las maletas. Cargamos en el autobús (esta vez nos ha tocado un bus con nombre más sugestivo que el anterior: Miracle) Llegada al hotel Mercure Sphinx (antiguo Sofitel). Check in. Intentamos ir a cenar algo, pero es ya muy tarde. Acabamos en una callejuela detrás del hotel, en uno de los típicos kioskos egipcios, comprando y devorando bolsas de patatas fritas. Ummm…deliciosa cena. Vuelta al hotel y a la cama. Mañana empieza la aventura de verdad.
Viernes 29 de octubre
Diana a las 5, desayuno y salida a las 6. Hoy empezamos el palizón “autobusero” Salimos dirección a _Tuna el-Gebel, por la carretera Cairo-Alejandría, para después empalmar con la autopista del desierto, que nos llevará al sur. En el autobús nos transformamos y volvemos a la época de colegiales ruidosos y cantarines. “Everybody needs somebody” resonaba fuertemente al fondo del autobús, cada vez que pasábamos ante una foto del presidente Mubarak, de pie, con las manos cruzadas delante y esas gafas negras…al más puro estilo Blues Brothers de John Belushi.
Tras cuatro largas horas llegamos a Tuna el Gebel, primera visita del itinerario. Entrada 20 Libras egipcias (LE) que al cambio son unos 2,5€
Visitamos las catacumbas de Ibis y Babuinos. Prohibido sacar fotos (ya empezamos, esta va a ser la tónica general de este viaje)
Camino del siguiente monumento, me topo con un grupo de egipcios tomando shai, me acerco, les doy unos cuantos bolígrafos y me invitan a tomar una taza de te. Auténtico shai, del bueno. Son gente muy amable.
Después seguimos por la maravillosa tumba de Petosiris (pitosiris, según pronuncian ellos…sin comentarios) , sacerdote de Tot que vivió bajo la XXX dinastía. Lo realmente interesante de esta tumba son sus pinturas y relieves ya que asocian el estilo egipcio al griego, dando al conjunto un aspecto mucho más natural que la conocida rigidez egipcia.
Detrás del templo de Petosiris se hallan una serie de tumbas de las cuales destaca la de Isidora o Isadora, una hermosa joven que murió al intentar cruzar el Nilo, en busca de su amante. La momia se conserva en perfecto estado y a la entrada de la cámara aun se conserva el poema (en griego) que mando escribir su padre en el que se relata su vida y desgraciado final.
Acabamos la visita visitando el pozo romano. Son las 12:30 y dejamos el yacimiento para dirigirnos hacia la llamada Estela A de Ajenatón (apenas a 2 km de Tuna)
Primer incidente, el autobús, en su intento de facilitarnos la recogida, tras la visita, embarranca en las arenas del desierto. Venga, todos a empujar! Ahí perdemos un tiempo precioso… Finalmente arrancamos y sobre las 13:30 llegamos a Hermópolis Magna, la antigua Jemenu. Visitamos los dos colosales babuinos, que adornaban la entrada del templo de Tot y el museo al aire libre. Luego nos acercamos a los restos de la ciudad, visitando la llamada “Basílica” construida posiblemente sobre los vestigios del templo de Tot.
Vuelta al autobús y salimos pitando hacia Beni Hassan. Son más de las 14:30 por lo que tenemos que comernos el contenido de la cajita de picnic dentro del autobús. Viva la aventura!
Llegamos a Minia a las 15:45 y a la que intentamos acceder a Beni Hassan, la policía no nos lo permite ya que el yacimiento cierra a las 16h y no nos daría tiempo llegar a la hora. Qué rabia!
Así que nos vamos directos al hotel…mi querido y mítico hotel Nefertiti…el de la moqueta sucia, el del mugriento lavabo, el de los chinches correteando por la colcha, el de los zócalos carcomidos, la mosquitera agujereada…mi adorado cutre-hotel ( prometo reportaje especial al final del diario)
Tenemos tiempo libre hasta la hora de la cena (20h) Me quedo dormido y a la que me doy cuenta el grupo ya se ha ido a visitar la ciudad, escoltados por la policía. Me ducho con un fino hilo de agua caliente (suerte que no tengo melena) y me cambio. Ni corto ni perezoso, salgo del hotel. A la salida me para un poli y me dice que no puedo salir sólo. Le digo que solamente voy a llamar un momentito a la calle, que no tengo cobertura en el hotel…jejeje…a la que se da la vuelta, giro por la esquina y me pierdo por las callejuelas de Minia. Ni un turista. A mi grupo no lo veo. Me dedico a contemplar el espectáculo de la vida cotidiana de los habitantes de esa ciudad. Entro en una tienda de frutos secos y me enseñan como tuestan los cacahuetes, el pobre hombre sudando, pero sonriente y feliz por poderme enseñar como lo hace. Compro una bolsita de 300 gr por 5LE. Después en una farmacia departo amablemente con la farmacéutica, soy su primer cliente occidental. Le compro unas pastillas para el estómago y ella tan feliz. Esto es una gozada, nadie me molesta. Es viernes y las parejas aprovechan para casarse. En una de las calles me encuentro con un espectáculo divertido. A la salida de una de las tiendas donde venden trajes de novia, el padre sale con la novia, montan en el coche y todos empiezan a hacer sonar sus bocinas…motos, autos…la gente da palmas y canta. Repican los tambores (panderetas)…vaya jolgorio… en estas que el coche sale dirección a coger una de las calles principales y se encuentra, bajando en sentido contrario a otro cortejo nupcial. Que si pasas tu, que si paso yo, que si no pasa nadie. Todos alegres haciendo sonar los claxons, las palmas… en otra de las esquinas un pastor con sus cabras se las ve y se las desea para mantener a su rebaño en paz… Ya llevamos 5’ y aquí no pasa nadie así que decido pasar yo y largarme de la escena. Paso de un jolgorio a otro, ahora oigo otro tipo de cantos, más respetuosos. Salen de una iglesia copta, que está oficiando. Me acerco a husmear y con la vista, sin mediar palabra alguna, me invitan a marcharme. Así lo hago y me dirijo de nuevo al hotel. Ostras, ya son casi las ocho! Cenamos y después en el jardín del hotel, nos tomamos un shai (te) y nos fumamos una shisha. Medio mareado, me voy a dormir.