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Mi principio esencial cuando me enfrento al estudio de un periodo histórico de forma crítica es acudir a los datos de los que disponemos, no suelo regirme por modelos teóricos (aunque los tengo en cuenta).
En el caso del Neolítico, he expuesto las pruebas de las que disponemos (aquí, la principal es la de los agriotipos, como vimos), que nos indican esta importación.
Considero que es perfectamente correcto plantear otra hipótesis para la neolitización de la Península Ibérica, pero al igual que se plantea la discrepancia, hay que aportar evidencias de lo contrario.
Un saludo,
EVIE