...seguimos...
Lunes 1 de noviembre
Diana oficial a las 6:30 (en el hotel no se han acordado de llamar a nadie y Papyrus, haciéndose pasar por el conserje, ha ido llamando habitación por habitación, en inglés y despistando a la gente: unos le respondían en catalán, otros en inglés, otros en el lenguaje de los dormidos y otros callaban)
La verdad es que, a mi el que me ha despertado ha sido, a las 5, el muhaidin que avisaba para el primer rezo del día.
Buen desayuno y para hacer tiempo hago un interesante reportaje del hotel, de donde van saliendo todas las cutradas del mismo. Conclusión: no es tan malo como el de Minia y nada que ver con el de Dakhla. Ahora bien, mejor no repetir en el futuro. (Ver reportaje especial en el apartado Viajar a Egipto)
A las 7:45, después de recoger, de nuevo, las cajas del picnic, salimos dirección a Abydos. Llegamos a las 9:30 Entrada 30LE
Abydos es BRUTAL. Realizamos una intensa visita hasta las 12h La única pega es la de un grupo de occidentales iluminados que se pasean descalzos por el templo mientras que su líder espiritual, sentado en el sancta santorum del templo, rodeado de sus fieles, emite una serie de extraños sonidos que intentan asemejarse a un cántico, buscando no se qué inspiración, con un halo de rayo de luz que le llega, supuestamente, al corazón. Los guardas egipcios se descojonan de tal gilipollez. En fin…yo a lo mío. Quemo mi cámara de fotos retratando todas las escenas que puedo. Esto es impresionante. Vaya pedazo de obra de arte. Salgo fuera a ver el Osireión y después el templo de Rameses II
Tras la agotadora visita, vuelta al autobús. Salimos hacia Dendera y de nuevo volvemos a comer en el bus. Suerte que esta vez, uno de los compañeros, de nombre Pere, echa manos a sus provisiones y nos deleita con unas lonchas de jamón de Jabugo y longaniza, que se ha traído envasados al vacío. Esto si que es un picnic como mandan los cánones. Llegamos a Dendera sobre las 14h y tenemos tiempo hasta las 17h, hora de cierre. Entrada 35LE (curioso el precio en relación con Abydos, no lo entiendo)
Realizo una intensa visita por los alrededores del templo, llegando incluso hasta la puerta oriental. Es increíble la cantidad de cascotes y piedras que quedan aun por clasificar y determinar a qué pertenencen. Trabajo de años.
Salimos dirección a Luxor, a donde llegamos sobre las 18:45h Hacemos el check-in en El Luxor misr travel (Mercure), un hotel normal. Por fin podré lavar la ropa. Cena a las 19:30, shai en la terraza y a dormir.
Martes 2 de noviembre
Diana a las 6, desayuno y salida a las 7:15 dirección a Karnak
Hoy tenemos una baja importante, Papyrus está en cama con fiebre. Ayer le dio demasiado el sol en la cabeza y agarró un golpe de calor. Ya veis, ni siquiera un veterano como Papyrus, con más de 80 viajes a sus espaldas, es capaz de predecir cuando Ra la va a tomar contigo. Llegamos al recinto de Karnak en 15’ Sorpresa: a entrada ya cuesta 65LE
Qué triste es ver, a esa hora, grupos de gente saliendo ya del recinto. Cuánto tiempo habrán estado? Diez minutos? Un cuarto? Esto es lo malo que tienen los viajes estándares: atracas con el barco, te hacen bajar a toda prisa, llegan al templo, se lo patean en 10’ y vuelta al crucero para continuar con las actividades del día. Van a toda leche y el tiempo lo gastan en los inútiles palacios del perfume y escuelas de papiros. Nosotros somos de otra pasta así que la visita la hacemos hasta las 13h. Ahí es ná, casi 6 horas para disfrutar de las maravillas de Karnak.
Me vuelvo a perder yo sólo. Paso del templo principal y me voy directo al templo de Rameses III y de ahí al de Jonsu. Luego los pilonos 10 y 9, las casas de los sacerdotes, puerta Este, Ajmenu de Tutmosis III y vuelta hasta el osireión , capilla de Osorcón y camino del museo al aire libre, me paro a descansar. Lo hago sentado en una piedra, a los pies de un símbolo nbw…¿querrá decir algo?
Prosigo hasta el museo (25LE) donde hago una rápida visita de apenas 20’ y salgo disparado hacia el muro exterior de la sala hipóstila. A las 12 el que se funde no es la cámara de fotos sino yo. Digo basta. No se puede ir a toda leche, pretendiendo tomar instantáneas de todo y a la vez observar tantas maravillas juntas. Parece como si llevara un petardo en el trasero y esto al final se acaba pagando. Vuelvo sobre mis pasos y regreso al autobús, dejo mis bártulos, cruzo el paseo y me voy a la orilla del Nilo a relajarme, a dejar fluir el tiempo con el susurro del río como música de fondo…y así hasta casi las 13h, hora de regresar al bus y al bullicio. Creo que me he vuelto a recargar. Quien también se ha recuperado (o al menos eso es lo que asegura) es Papyrus. La presencia de nuestro guía espiritual hace subir la moral a la tropa. Vamos a comer….picnic? No, por fin hoy toca comer de restaurante!!!!!
Al acabar la comida vamos directos al templo de Luxor (50LE). Está claro que el sistema de precios de los monumentos no sigue ningún tipo de criterio artístico sino que se elabora en función de criterios de masa o volumen de turistas. Lo digo porque no entiendo como el templo de Seti en Abydos cuesta 30 libras y el de Luxor 50 libras. En fin, como decían en los libros de Astérix: están locos estos egipcios!
En este viaje me estoy especializando en el reportaje de la parte exterior de los templos y eso me ha llevado a situaciones curiosas, como la del templo de Luxor, en la que me asalta un guarda para pedirme propina a cambio de enseñarme un “cartush” (anda que no he visto yo cartuchos en este viaje!) Prefiero hacerme el simpático y le regalo unos cuantos bolígrafos de propaganda y un par de puñados de caramelos (es admirable la labor de colonización que estoy realizando por todo el país, llevando a todos los rincones el buen nombre de mi empresa) Acabamos departiendo amistosamente. No se cómo se lo hacen los egipcios, pero es dar un boli y al momento aparecen dos guardas más, pidiendo su parte del botín. Vuelvo a repartir existencias y como muestra de agradecimiento me invitan a compartir un cutre shai con ellos. La anécdota realmente divertida es que, mientras preparan el te, uno de los guardas (el del “cartush”) me pide más bolígrafos ya que dice tener siete hijos, automáticamente se suma el segundo, quien asegura tener seis y por último, el tercero, el más joven, se apunta también al carro. Entonces los otros dos empiezan a abroncarle y gesticulando me dan a entender que el “chaval” no tiene hijos, por que no puede. Ostras, la bronca que se arma. El joven con su virilidad cuestionada, comienza a subir el tono de voz, enfurecido, con los ojos fuera de las orbitas. Los tres chillando como locos. El joven gesticulando con los dedos diciendo: “Two, two…I have two children” Y los otros dos riéndosele en la cara, respondiendo: “La, la …no children!!” Visto el cariz que está tomando el asunto, les suelto un par de bolis a cada uno y tomo la decisión de escabullirme antes de que la sangre llegue al Nilo…
Al margen de esta anécdota, es admirable comprobar lo agradecidos que son los egipcios, siempre con una sonrisa en los labios, dispuestos a ayudarte…a cambio de un poco de bakshish o cuatro bolígrafos de nada, poca cosa para nosotros.
A las 16:30, con tantas emociones vividas, me vuelvo a fundir y decido regresar al hotel, desde donde en estos momentos estoy escribiendo la crónica del día. En la terraza, de cara al Nilo, con la montaña tebana al fondo, actuando de inspiración para este diario.
Me quedo medio dormido y me despierta una música estruendosa. Se trata de otro cortejo nupcial, pero esta vez en calesas. La que encabeza el grupo va armada con dos enormes bafles y música a toda leche. Detrás, el carruaje de la novia, bien ataviada y engalanada y tras ella el resto de familiares y amigos hasta un total de nueve calesas. Es todo un espectáculo. El egipcio es muy alegre, se conforma con bien poco, llevando al extremo la filosofía del “Im-shala”…Dios proveerá.
Cenamos a las 19:30 y después toca un obligado paseo por el zoco de la ciudad (el auténtico, el de las calles sin asfaltar y no el de los turistas)
...continuará...Estadísticas: Publicado por Ptahhotep — 19 Nov 2010, 09:48
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