Me he dado de alta hoy en el foro, y aún no se muy bien como funciona, si este mensaje es sólo para ti, o para todos.
El caso es que un buen día me dió por leer un libro que tenía de la colección de Novela Histórica del País, llamado la Dama del Nilo, de Pauline Gedge, cuando llevaba 5 páginas (sin haberme interesado nunca antes por la Egiptología) ya estaba sumergida de lleno en el Egipto de hace 35 siglos fascinada de una cría llamada Hatshepsut, valiente, preciosa e impertinente. Ha sido el libro que más ha conseguido engancharme, y por eso me inicio ahora en la Egiptología.
Senmut salvó a Hatshepsut, cuando eran niños, de ahogarse, tras caer esta en el río, desesperada por la muerte de su hermana mayor, Neferu. Él era un humilde monje, hijo de campesinos. A partir de ahí se hicieron amigos, muy amigos, para Hatshepsut, él era su paño de lágrimas, el único que la comprendía. Crecieron separados, él en su templo y ella en su palacio, pero desde el primer día hubo conexión entre ambos. La vida les hizo cruzarse varias veces, hasta que Hatshepsut, tal vez guiada por su agredecimiento por haberla salvado, o por su ya incipiente y desconocido amor, comenzó a darle cargos en su gobierno, de modo que se convirtió en su arquitecto (sueño de Senmut, desde que era un niño) y hombre de confianza. Se confesaron su amor, estando ésta casada ya con Tutmes II, pero nunca pasó nada hasta años después de la muerte de éste, cuando Hatshepsut lo mandó llamar a sus aposentos, y por fín se confesaron su amor eterno. Ellos se creían marido y mujer y llevaron siempre su amor en secreto, dado que ella era el Dios, el Faraón.
Así es como lo narra la egiptóloga Pauline Gedge; sé que ella no estaba allí para verlo, es más no había nadie cuando ellos estaban juntos...pero amí me parece una historia de amor preciosa....y como ya da igual, prefiero creérmela que pensar que no fue así y ver otra realidad bien distinta. Cualquier versión puede ser correcta y no serlo.Estadísticas: Publicado por Cristina RA — 25 Ago 2006, 15:45
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