Ahlan!!!
Reconozco que al ir leyendo los mensajes me he ido "calentando" (y perdón por la expresión), pues mi profesora de arqueologÃa es una ferviente defensora del carácter cientÃfico, y yo me considero discÃpula intelectual suya, por lo que intentaré expresar mi opinión de la manera más clara posible, a sabiendas de lo complicado del tema. En cualquier caso, recomiendo a todos la lectura del siguiente libro, escrito por mi profesora:
GUTIÉRREZ LLORET, Sonia ArqueologÃa. Introducción a la historia material de las sociedades del pasado Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2001.
En primer lugar, corregir un error frecuente, que he visto en algunos de los mensajes anteriores, y es la creencia de que la ArqueologÃa se ocupa del estudio de la cultura material. Esto no es asÃ. El objeto de estudio de la ArqueologÃa, como de la diplomática, o de la paleografÃa (llamadas ciencias auxiliares de la historia, de lo que hablaremos más adelante), son las sociedades humanas, la Historia, para lo cual se sirve de los restos materiales, como el historiador del texto escrito (que debe ser denominado documentalista, pues historiadores lo son también los arqueólogos, asà como todos los que se dedican al estudio de la Historia) se sirve de los documentos escritos. La única diferencia existente son las fuentes empleadas en este estudio.
Antes que nada, debemos hablar de la cientificidad de la Historia. La Historia viene definida por su objeto de estudio (la comprensión de las sociedades que nos han precedido en el tiempo), como cualquier ciencia, asà como por sus métodos y técnicas de análisis, que han de ser cientÃficos. El método cientÃfico es un conjunto de procedimientos ordenados que sirven para plantear problemas históricos verificables, sometiendo a prueba las soluciones propuestas. Este conocimiento tiene pretensión de objetividad, y la aspiración de convertirse en verdad cientÃfica. Pero el conocimiento cientÃfico es siempre histórico, y esto ocurre para todas las ciencias, depende de la época y es diferente en cada una, como tb lo son las preguntas que se pueden plantar. Como propuso Thomas S. Kuhn, la ciencia no es lineal, sino que se construye a base de revoluciones.
En cuanto a la naturaleza disciplinar de la ArqueologÃa, se trata de una disciplina histórica definida por su dimensión técnica, y es una especialización de la Histora "con mayúsculas", es decir, como ciencia global y única del pasado, que pode al servicio de ésta un conjunto de técnicas y procedimientos que permiten construir documentos históricos a partir de restos materiales. Es una disciplina auxiliar de la Historia (pero no de la historia del documento, que es también una disciplina auxiliar de la Historia con mayúsculas). La ArqueologÃa proporciona una información que no es la misma (ni tampoco complementaria) de la que proporcionan los documentos escritos, simplemente es distinta y de igual importancia en la construcción de la explicación histórica. Además, cabe decir que las fuentes arqueológicas y escritas, en sÃ, son igual de objetivas. He visto en vuestros comentarios hablar de la subjetividad del texto escrito, pero hay que decir que un resto arqueológico en sà no da ninguna información, asà como un texto escrito tampoco la da. A partir de ellos se debe construir el dato histórico, cosa que debe hacer el historiador, que estará siempre influido por su contexto y su propia experiencia.
A estas alturas, supongo que Inpw reafirmará que, con lo dicho, la Historia, y la ArqueologÃa, no pueden formular leyes generales que se cumplan siempre, pero yo pregunto ¿alguna ciencia, de esas que él llama "puras" lo puede hacer? Durante el siglo XX (hablando un poco de historia del pensamiento), concretamente a finales de los 80, tuvo lugar una crisis en la certidumbre cientÃfica (la ciencia como algo irrefutable) con la aparición de la TeorÃa del Caos, y la existencia del azar, que da lugar a la puesta en cuestión en toda la Ciencia de la objetividad. Este fenómeno recibe el nombre de Posmodernismo. Lo que existe es una aspiración a la objetividad, a la verdad. Añado que hoy en dÃa se investiga y puede que se desbanque la teorÃa de la relatividad (y si no que se lo pregunten a Pérez Mercader, astrobiólogo de la NASA y un individuo amabilÃsimo).
Volviendo al tema, otro error que he visto en vuestros mensajes es la consideración de que el arqueólogo obtiene fuentes que el historiador (y sobreentendemos "del documento") interpreta. Volvemos a lo mismo. El arqueólogo es historiador, y como tal, debe elaborar el dato histórico. Una vez elaborado, este dato podrá ser utilizado por cualquier historiador que lo requiera (paleógrafo, documentalista, arqueólogo, etc...). Este error viene también de la errónea identificación de la ArqueologÃa únicamente como excavación. Todo aquél que ha llevado un proyecto arqueológico o ha participado en él sabe que no es asÃ, sino que la excavación es únicamente una parte, y aquà se produce una confusión del método con una de sus técnicas (la excavación). En muchos casos no es necesario siquiera excavar.
Otra cosa que me ha llamado la atención es el reiterado ejemplo de Inpw de la tumba egipcia. Generalmente, un egiptólogo que trabaja en una tumba es asÃmismo arqueólogo, aunque en este tipo de proyectos cientÃficos intervienen muchos especialistas. A esto es a lo que se refiere la multidisciplinariedad, a la colaboración de muchas ciencias con un objetivo común, obtener conocimiento histórico, en este caso sobre dicha tumba. Aquà hay que hablar de las distintas arqueologÃas. La ArqueologÃa como ciencia tiene una serie de especializaciones, como son la arqueologÃa prehistórica, protohistórica, egipcia, griega, medieval, postmedieval, industrial, y un largo etcétera, que tienen en común la aplicación de un mismo método a distintos periodos históricos. En el estudio de las sociedades industriales del XIX, por poner un ejemplo poco conocido por la mayorÃa, y volviendo a lo anterior, tan importante es la información que pueda proporcionar un documento escrito de una fábrica, como los datos que pueda proporcionar el estudio de los restos materiales de dicha sociedad, como el estudio de fábricas o viviendas, con metodologÃa arqueológica.
Asà pues, ¿la ArqueologÃa como pasatiempo de ricos y vagos? Yo dirÃa que no. Utilizar a Belzoni como ejemplo me parece bastante absurdo (sólo hay que leer sus propios relatos). Ya es hora de que se desvincule la ArqueologÃa del coleccionismo, y que se deje de hablar de grandes hallazgos. La ArqueologÃa no es "escarbar a ver si hay premio". Conozco grandes arqueólogos cuyos hallazgos no se venderÃan jamás en el mercado negro, pero que han revolucionado, y lo siguen haciendo, el mundo del saber cientÃfico. Cuando regreso de una campaña de excavación siempre me preguntan ¿habéis encontrado algo?, esperando que les hable de la máscara de Agamenon, pero quizá lo que hemos encontrado es una simple moneda de cobre, que tal vez haya cambiado completamente la cronologÃa, y por tanto la interpretación, no sólo de un yacimiento, sino de un territorio completo. Pero esto a los aficionados a Indiana Jones (que conste que me encantan estas pelis, pero no son más que eso, pelis de aventuras) no les importa en absoluto. Un proyecto arqueológico no se origina en un burrito al que se le hunde una pata en la arena, sino en una pregunta sobre un aspecto histórico desconocido. Siento decepcionar a muchos, pero arqueológicamente, el tesoro de Tutankhamón vale más bien poco (pues la arqueologÃa no es historia del arte), ya que no responde a ninguna pregunta, sino que genera aún más dudas. Más información están proporcionando muchos de los proyectos que se llevan a cabo en Egipto, y que nunca saldrán en los medios de comunicación.
En fin, es ya la una de la madrugada, y creo que por hoy está bien. Espero ansiosa la réplica a mi intervención (pero ruego que la lean antes de respoder, ya que el rigor es esencial en los temas que tratamos). Espero en especial la respuesta de Inpw, ya que me encantarÃa continuar con el debate (me quedarón muchas cuestiones en el tintero, aunque parezca mentira)
Un saludo,
EVIE