No resulta sencillo dar una definición de qué es la arquelogía sin caer en la imperfección de los matices, tan presentes en las discusiones sobre ciencia y competencias.
Siguiendo a D. L. Clarke, podemos definir el trabajo arqueológico como la recuperación, la descripción sistemática y el estudio de la cultura material del pasado. (D. L. Clarke. Analytical Archaeology. 1968) Y es el arqueólogo, efectivamente, el que se encarga de realizar esta tarea. Tanto el hallazgo, la recuperación, la descripción y el estudio se realizan mediante una metodología propia sistematizada después de más de un siglo y medio de arqueología seria.
Será necesario hacer una serie de matizaciones sobre la naturaleza de esta ciencia. En el ámbito anglosajón, la arqueología es una ciencia muy ligada a los estudios antropológicos, mientras que en Europa se considera una ciencia histórica. Volvemos a Clarke para recordar que los datos arqueológicos no son datos históricos y, por consiguiente, la arqueología no es historia. LA ARQUEOLOGÍA ES ARQUEOLOGÍA puesto que sus métodos de estudio son únicamente arqueológicos. Una cultura arqueológica no es ni un grupo racial, ni una tribu histórica ni una unidad lingüística; es simplemente una cultura arqueológica. (D. L. Clarke)
La arqueología se ha convertido en una ciencia por derecho propio. Quedan lejos los años del romanticismo coleccionista que culminaba en proyectos millonarios tras la búsqueda de objetos míticos o tesoros legendarios. La arqueología actual es el resultado de un proceso sistemático encaminado a extraer la mayor cantidad de datos históricos de un análisis material. En los últimos cuarenta años, nuestra ciencia ha introducido los cálculos estadísticos, los análisis geográficos, los conocimientos médicos y biológicos, el apoyo de los métodos físicos y químicos, el desarrollo de la ciencia geológica que ya venía utilizando, y, por supuesto, el uso de los ordenadores.
Cuándo la arqueología se convirtió en una ciencia es un tema quizá más complicado. El aporte más importante fue el de la llamada New Archaeology de los años setenta, que vino a modificar gran parte de la arqueología anterior y sus proposiciones básicas. Los objetivos de la Nueva Arqueología fueron fundamentalmente (1) la evolución cultural, (2) la aceptación del funcionamiento de la cultura como un sistema compuesto de diversos subsistemas interdependientes, (3) el procesamiento científico de los datos de análisis, (4) el trabajo arqueológico como un método más de resolución de problemas y (5) la captación de la variabilidad de los datos, para la que era necesario el procedimiento estadístico.