La expulsión de los hicsos y el resurgimiento del Imperio Egipcio fueron los mayores logros de los reyes de la dinastía XVIII temprana. Hay una figura que para muchos pasa inadvertida pero que fue una pieza clave para el nacimiento del Imperio Nuevo: Amosis, hijo de Abana.
Nació y se crió en El Kab (Nejeb) al sur de Tebas. Su padre fue soldado en el ejército de Seqenenra Taa II. El joven Amosis sguió sus pasos pero en la marina en lugar del ejército. Su primera misión fue a bordo de un barco llamado La Ofrenda. Tras contraer matrimonio se traslado a la flota del norte a combatir contra los Hicsos. En El Resplandor de Menfis participó del asedio a Ávaris, del que se llevó el "oro de honor". Mientras aún duraba el sitio a la ciudad, debió trasladarse al Alto Egipto a sofocar un foco de insurrección por el que fue nuevamente condecorado con "oro en doble medida". A su regreso al norte vio como caía finalmente Ávaris y se llevó cuatro prisioneros de guerra como esclavos.
El rey Amosis, su homónimo, decidido a terminar para siempre con la amenaza de los Hicsos los persiguió hasta Sharuhen, al sur de Gaza donde los sitió por seis años (tres según otras fuentes). Nuevamente Amosis, hijo de Abana fue recompensado por su actuación.
Luego afianzó la frontera sur (con Nubia) y aplacó dos nuevas insurrecciones en el Alto Egipto. Esto y las nuevas campañas a Nubia del nuevo rey, Amenhotep I, realizando un movimiento relámpago con su flota que logró la captura del rey nubio y el regreso triunfal a Tebas en sólo dos días de navegación, le valieron su nombramiento como "Guerrero del Soberano"
Ya en su madurez, condujo a Tutmosis I nuevamente a tierras nubias, de difícil navegación, y nuevamente se coronó de gloria, oro y esclavos. Fue nombrado "Jefe de los Marineros", cabeza de la armada egipcia.
Finalmente su carrera finalizaría donde comenzó, en el norte. Esta vez no contra los Hicsos sino frente al reino de Mitanni. A la cabeza de las fuerzas egipcias el gran almirante luchó en tierra y persigió al enemigo hasta Siria. El "oro en doble medida" fue nuevamente para Amosis.
En su vejez, Amosis se rodeó de su familia y sus honores que quizo quedaran reflejados para siempre en su tumba en El Kab, su ciudad natal. Fue obsequiado con oro siete veces. Participó triunfalmente en diez campañas militares, bajo el reinado de tres monarcas difernentes. Su valentía y destreza militar colaboró en forjar y mantener la dinastía más célebre de la historia egipcia. Si el sueño de todo egipcio fue lograr la inmortalidad, Amosis lo consiguió como nadie. Valen sus propias palabras "La fama de un valiente por sus logros no perecerá en esta tierra para siempre"
Gloria y honor al gran Amosis, hijo de Abana...verdadero libertador del pueblo egipcio!