Museo de Luxor

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En esta bella escultura, era muy posiblemente una estatua de culto, Ramses III, el último gran rey guerrero del Imperio Nuevo, lleva una peluca corta rematada por la doble corona y un vestido plisado.

Parte de esta estatua la descubrió el Oriental Institute of Chicago en 1930, el resto lo descubrió una expedición de la Johns Hopkins University en 2002.

Las piezas se encontraron bajo el suelo del templo C del Recinto de Mut en Karnak, las excavaciones continúan y se espera encontrar mas fragmentos.

Las piezas fueron unidas y restauradas en 2003.

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Esta estatua de Tutmosis III se descubrió en 1904 en el célebre escondrijo de estatuas de Karnak, junto con mas de 800 esculturas de piedra y 18.000 figuras de bronce.

Se trata de una representación a la antigua usanza, podríamos decir que clásica, que nos recuerda las estatuas de Menkhaura (Mikerinos) El rey, representado en movimiento, solo lleva un faldellín como toda vestimenta, en su cabeza luce el nemes con el uraeus sobre la frente, y también lleva la barba postiza ceremonial, prendas exclusivas del rey y de los dioses.

En su rostro adivinamos al hombre de carne y hueso, con su nariz aquilina, sus ojos almendrados y esa media sonrisa que le hace simpático y cercano.

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Este magnifico grupo escultórico de Amenhotep III con el dios cocodrilo Sobek se descubrió en 1967, durante unos trabajos de canalización de un pozo al sur de Luxor. La escultura atestigua, junto con otros hallazgos, la importancia como centro de culto de la antigua Sumenu durante la XVIII dinastía. El dios entronizado y luciendo la corona atef, tiene una actitud protectora con el rey al que ofrece un emblema de vida , Amenhotep se encuentra de pie junto a él con las manos extendidas sobre el faldellín en señal de oración. Es probable que se restaurara el hocico partido del animal, al mismo tiempo que se modificó la inscripción situada en la parte posterior, para atribuirla a Ramses II.

En el marco de las fiestas Sed de Amehotep III, aparecen a partir de su trigésimo año de reinado, cada vez con mayor frecuencia estatuas zoomorfas. Este grupo escultórico procede de un templo local del dios Sobeck (Sukhos) situado en el sur de Tebas, en el que se criaban también cocodrilos sagrados.




El faraón está representado muy joven, casi podríamos pensar que es un niño. Lleva el tocado nemes con el ureus en la frente, y una gran barba ritual.

Las mejillas gordezuelas y los labios carnosos nos recuerdan a las representaciones habituales de este rey.

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Es una estatua compuesta por piezas, las uniones se ocultaban originalmente por medio de las joyas (collares, pulseras, etc) Dichas joyas no se encontraron junto con la estatua, por lo tanto se piensa que se las quitaron antes de enterrarla en el patio de Karnak, tampoco se encontraron la corona o tocado que pudiera llevar, ni la barba o el faldellín.

Lleva grabado el nombre de Seti I, sin embargo su estilo se parece mucho al post amarnico (sobre todo los rasgos faciales), esto podría indicar que la obra fue realizada por algún artista de la época de Amarna, o bien que la estatua fue usurpada, algo mucho menos probable ya que su tipología no coincide, salvo en los rasgos que ya se han mencionado, con las del periodo amarnico.

La piedra se eligió para que las vetas realzaran los rasgos físicos.

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