Museo de Luxor

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Estos pequeños bloques de piedra arenisca (en promedio 55 x 25 x 25 cm) fueron una innovación para las construcciones de Akhenatón, tanto de templos como de palacios, en Karnak y El-Amarna. Debido a su tamaño manejable era posible construir cosas rápidamente. Después de la muerte de Akenatón, sus templos fueron desmantelados, y los bloques reutilizados en muchas otras construcciones.




Al este del templo de Amón, Amenhotep IV (Akhenaton) mandó construir varios santuarios al nuevo dios nacional, Atón, que fueron destruidos a finales de la XVIII dinastía, con motivo de la restauración del antiguo culto a Amón. Las piedras derruidas fueron empleadas para rellenar los cimientos y los muros de los pilonos de edificicaciones posteriores como ya se ha dicho.




Estos bloques de una pared reconstruida proceden del noveno pilono de Horemheb. La parte izquierda muestra al rey realizando ofrendas bajo los rayos de Atón. A la derecha se pueden ver los almacenes y talleres del templo.



Este tipo de piedras recibe el nombre de talatat, se supone que deriva del término árabe que significa tres que indicaría el ancho de cada piedra (3 palmos) Por su manejable tamaño podían ser transportadas por una sola persona, incluso llevar mas de una cada vez.

Aquí vemos portadores de ofrendas.

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En este relieve vemos a Hatshepsut con Tutmosis II, su esposo. Ella está representada como consorte precisamente, no como faraón como lo fue en sus representaciones posteriores, lo que hace pensar que este es un relieve que se hizo en vida del rey.




Puede que el relieve perteneciese a una escena alguna celebración, de ahí los bueyes que se ven a la izquierda.
Aquí podemos apreciar que aun queda un poco de policromía en la cara del rey.







Parte central del relieve donde vemos a Tutmosis II con la corona atef, barba ritual, collar usej y el pecho cubierto con lo que parecen ser unas alas. Tras el Hatsehpsut muy destruida.

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Esta cabeza, de uno de los colosos de Akhenaton, refleja que la revolución emprendida por este no solo fue religiosa, también afectó al arte. La cara es alargada, con las mejillas hundidas, los ojos pequeños y rasgados, la nariz larga y la boca de labios gruesos, una barbilla larga y la cara con arrugas marcadas. Lleva la doble corona y el uraeus.

Para hacernos una idea de la envergadura que podría tener la estatua, solamente la cara mide 141 cm de altura.

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Su rostro es excesivamente alargado en esta escultura, y tiene los rasgos que caracterizan las representaciones de Akhenaton. El tocado ha desaparecido, solo quedan las partes delanteras del nemes que se apoyan en los hombros del rey y el ureus de la frente. También lleva una barba ritual de gran tamaño.



De los brazos solo se conservan las manos que empuñan los bastones de poder aunque sólo se conserva el flagelo y la empuñadura del cayado, y en la muñeca izquierda lleva una pulsera con los cartuchos del rey, también se ven estos cartuchos en el brazalete que lleva en el antebrazo derecho.

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Amenhotep está representado sobre un trineo procesional, hecho este que no es frecuente en la estatuaria faraónica. Adopta la tradicional postura con la pierna izquierda adelantada en actitud de marcha, y los brazos pegados a los costados.

Lleva la doble corona de las Dos Tierras y una larga barba ritual. Como vestimenta faldellín corto y muy ornamentado sobre el que vemos el delantal ritual de las cobras con el disco solar sobre su cabeza en el centro de las cuales está el cartucho del rey. En sus pies unas ligeras sandalias, y como adornos un pectoral, brazaletes y pulseras. Su rostro es el inconfundible en las representaciones de este monarca, con los ojos almendrados y labios carnosos.

El pilar dorsal tiene grabado un largo texto que nos refiere la naturaleza divina del soberano, y lo identifica como el disco resplandeciente del sol y aquel cuyo uraeus ilumina las Dos Orillas.

Algunos de los rasgos de esta escultura, como la ligera redondez de la tripita, hacen pensar que se realizó en los últimos años del reinado de Amenhotep III.