Museo de Luxor

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Durante unos trabajos rutinarios de conservación en el templo de Luxor se descubrió en 1989 un importante escondrijo en el que estaban enterradas estatuas de varias divinidades. La primera pieza que se rescató fue un grupo escultórico con el faraón Horemheb arrodillado ante el dios Atum, presentándole ofrendas.

La postura de rigidez y seriedad del dios primigenio irradia toda su dignidad, está aquí representado con la doble corona egipcia y sosteniendo el símbolo de la vida en sus manos.

Con Horemheb se completó el regreso al culto tradicional, y se multiplican las representaciones del rey junto con varios dioses.

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Representación clásica en la que el dios Amón protege al faraón Horemheb.

El faraón está representado a menor tamaño como era preceptivo para hacer ver la superioridad del dios sobre él; no es que se le represente como un niño como muchos piensan.

El dios lleva su tocado habitual de dos altas plumas y apoya sus manos en los hombros del rey para hacer ver su aprobación. Horemheb lleva el tocado nemes, el uraeus en la frente, y el cayado en la mano derecha como símbolo de poder

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Esta estatua doble se supone que representa a Mut y Amón, pero en realidad los rasgos son los de Ramses II y Nefertari. Sucede con esta como con la que se puede ver actualmente en el templo de Luxor, en teoría como en este caso, son Mut y Amón pero sus rasgos son los de Tutankhamon y Ankhesenamon.

Las inscripciones de la estatua llevan el nombre del rey, Usermaatra Setepenra, y también uno de los epítetos de Nefertari: "Amada de Mut"

La iconografía es la habitual en estas composiciones, la postura de la reina pasando un brazo por la espalda de su marido y las manos de ambos reposando en las rodillas. La reina lleva la Corona Doble propia de las representaciones de Mut, el ureus en la frente y una pesada peluca. Collar usej y un vestido largo que, se supone, era transparente.

La estatua de Ramses-Amón está muy destruida, pero el faldellín que viste se conserva bien.