El maquillaje en la reconstrucción de tutankamon se justifica si consideramos que en el Antiguo Egipto los hombres se maquillaban casi tanto como las mujeres, y no solo por motivos estéticos. La linea con pintura de malaquita triturada que se aplicaban alrededor de los ojos era para protejerlos de los rayos del sol que rebotaban sobre la arena, las baldozas o cualquier superficie similar (supongo que la malaquita harÃa rebotar nuevamente los rayos desviándolos de los ojos). Existe una carta de aquellos tiempos en la que un padre le informa a su hijo que está perdiendo la vista y le pide que le lleve otro frasco de malaquita para pintarse los ojos. Ademas, leà en alguna parte que esa pintura para los ojos también servia como repelente de insectos. Tutankamon no fue el primero ni el último egipcio que se maquillaba, la famosa paleta de Narmer se usaba precisamente para preparar ese producto y aplicarselo a los ojos.
Tampoco olvidemos que los hombres egipcios que podÃan permitirselo llevaban encima gran cantidad de joyas, incluyendo collares y pulseras -joyas que, salvo Mario Barakus, ningún hombre de estos tiempos usarÃa por temor a ser llamado afeminado-, y los egipcios ricos tambien vestian unas túnicas de lino que actualmente solo se pondrÃa una mujer.
Por poner un ejemplo, Luis XIV y los hombres de su tiempo usaban encajes, sedas, el cabello largo, sombreros adornados con plumas y zapatos con taco alto y moño. Esos datos se tuvieron en cuenta cuando se creó el vestuario para "El Hombre de la máscara de Hierro", y a nadie le parece que Leonardo di Caprio o Gerard Depardieu se vean afeminados en esa pelÃcula.